Hubo reconocimientos al programa -“Otorga cobertura a 3,4 millones de niños. Se trata de un avance significativo”, se dijo-, pero a lo que se apuntó fue a desmenuzar sus puntos débiles. “Este avance es insuficiente puesto que siguen sin cobertura más de 2,8 millones de niños. Dicho de otro modo, 1 de cada 5 pibes de nuestro país no recibe ningún tipo de transferencia de ingresos en base a la niñez”, sostiene el informe.
Otra de sus conclusiones es que, y pese a su nombre, el programa no es universal y que por culpa de la inflación ya quedó recortado el poder de compra de los 180 pesos por hijo que otorga.
Estuvieron presentes Víctor De Gennaro, Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA; Hugo Godoy de la CTA bonaerense; legisladores de Unión Cívica Radical (UCR), Movimiento Proyecto Sur; Bloque SI, Unión Popular; la Coalición Cívica; representantes del Partido Socialista Autentico; Buenos Aires Para Todos; Laura Taffetani del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo; representantes del Área de Estudios Sociales del CIPEC, representantes del posgrado de la Universidad de Buenos Aires; Caritas; Carlos Acaputo en representación de la Pastoral Social; Aldo Neri, Alberto Barreito; Víctor Mendibil de la Federación de Judicial Argentina (FJA-CTA) y diferentes organizaciones territoriales, sindicales y políticas que integran la CTA ligados a la problemática de la Niñez y Adolescencia.
El estudio deja al descubierto que “la extensión de la cobertura del nuevo programa está dejando fuera del esquema de protección a 2.811.728 niños, es decir el 20,7% de la población menor de 18 años. Si asumimos que los niños cubiertos por planes sociales están incluidos dentro de este ingreso a la niñez, entonces serían cerca de 3.656.007 niños los excluidos, es decir el 27% de la población menor de 18 años. El programa sólo incluyó al 35,7% de quienes estaban excluidos de todo el esquema de protección social con anterioridad a la Asignación Universal para la Protección Social (AUPS) y que en términos de extensión del derecho alcanzó sólo al 48,1% de los excluidos”.
El equipo de estudio exteriorizaron la necesidad de que la aplicación del programa tuviera una evaluación de lo que venia ocurriendo con el. En una de las primeras placas de la presentación en powerpoint, puso de manifiesto que “ no existe la universalidad”.
En principio el decreto en su presentación indica que lo que quiere es garantizar un ingreso básico a todos los pibes de la Argentina y lo que establece es una población objetivo, esa población objetiva es aquella que son hijos de desocupados, aquellos que son hijos de la economía informal hasta $ 1500 y además que no estén percibiendo ningún otro tipo de prestación por parte del Estado pero, “pone límites al salario mínimo, en realidad lo que esta diciendo que todos aquel que este incluido en el circuito formal, de alguna manera, esta cubierto. Y por lo tanto las cosas que están en la reglamentación tienden a identificar esta cuestión”, reveló lozano.
Lozano además apuntó que “a 4 meses de aplicación la asignación universal que incluye a 3.384.546 chicos sobre el total de chicos en la Argentina de 13.600.000, siguen estando afuera sin tener derecho a percibir una asignación familiar y no están ni en el programa histórico de las asignaciones familiares, ni tampoco en el nuevo, los que no tienen derecho son 3.650.6000 pibes, es decir el 27 % de la Argentina siguen sin tener derecho a percibir una asignación por ninguna de las dos vías que son las que supuestamente le debieran garantizar esto. Dentro de estos 3.650.6000 que no acceden al derecho a la asignación, hay 2.811.700 pibes que no solo no tienen derecho a la asignación sino que no perciben ningún tipo de plan social vinculado a la cuestión de la infancia”.
Lo que se deduce es que el 20 % de la población menor de 18 años en la Argentina no esta recibiendo absolutamente nada. A 4 meses de la asignación del programa no perciben ni en el sistema formal ni en el sistema nuevo de asignación universal, ni tampoco ningún plan social que apuntale la problemática socio-económica de la infancia, la niñez o la adolescencia.
“El hambre es una herramienta de dominación”
De Gennaro fue uno de los oradores principales que agradeció la iniciativa a todos los diputados, legisladores y organizaciones presentes. “Nosotros tenemos que estudiar todo siempre a fondo, las victimas tenemos que demostrar que realmente estamos sufriendo”. Por otra parte el dirigente indicó que esta bien que 3 millones y medio de pibes que cobren, pero también hay que decir que hay un poco mas de 5 millones que no cobran nada”.
“El 26 de julio hace diez años empezábamos a marchar desde Rosario a Buenos Aires durante 15 días pasábamos pueblo por pueblo con la propuesta del seguro de empleo y formación y juntábamos firmas e instalábamos el tema de la pobreza y la solución. Sobraba guita entonces y sobra guita ahora; el hambre es una herramienta de dominación y está inventado apropósito y por eso no lo quieren erradicar”. “Lo decíamos hace 10 años y lo decimos ahora, la pobreza es un problema estructural que no se quiere resolver. Hay que empezar a pensar que esta discusión que tendrá lugar en el Parlamento tiene que tener una discusión en la comunidad”, sentenció De Gennaro.
Laura Taffetani del Movimiento de los Chicos del Pueblo fue contundente: “Para nosotros era un compromiso ineludible estar, porque hay poco ambitos donde se discuta lo que se tiene que discutir, esto es el centro y el corazón de un nuevo proyecto de vida si lo vamos a asumir plenamente. Cuando empezábamos a marchar y salíamos con la consigna “El Hambre es un Crimen”, en realidad queríamos decir eso, no era solo “asignación universal”, era fundar un nuevo país en donde los chicos tengan todas las condiciones porque era lo obvio, lo natural en cualquier generación humana y porque además era inexplicable. Era y es inexplicable que en la Argentina haya hambre y no tiene ningún tipo de explicación que no sea una decisión política, es una herramienta de control social, como lo son las cárceles a cielo abierto de nuestra villas, como lo son el paco”.
Al final Tafettani dijo que "es claro que estamos hablando de dos modelos de país, es claro que estamos en un modelo capitalista que entran nuestros chicos no tienen salud, es claro que estos 30 años de pobreza estructural nunca ha sido modificado. También sabemos que la asignación universal era un piso, necesario pero no suficiente porque el daño fue muy grave. El daño más grave fue lo cultural, haber aceptado que mueran chicos de hambre, el haber aceptado que los chicos estén en las calles, el haber aceptado como sociedad. Nos toca ahora salir y se logra en la lucha, con el compromiso que nos corresponde como generaciones con las generaciones que vienen, realmente estando en la calle, tenemos que llenar calles, discutir. Es la obligación de un país diferente, no es la asignación universal por hijo es mucho más”.
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